Fueron momentos de gran ansiedad y de mucha emoción.
Con seguridad, Don Bosco habrá gozado el espectáculo desde el cielo. No cabe la menor duda. Porque nuestros actores, cantantes y bailarines dieron lo mejor de ellos mismos. Y eso dejó boquiabiertos a todos los espectadores.
Valieron los esfuerzos y los cansancios, porque con esos sacrificios, el Señor se encargó de sembrar su mensaje en el corazón de los que los vieron y disfrutaron el despliegue y la expresión.
Verdaderamente, fue un real apostolado. Concreto, comunitario, evangélico, asentado en lo más lindo del carisma salesiano, que tiene esa alegría contagiosa, el juego divertido, el canto emocionado, pero que también oculta la cruz, el sacrifico, el cansancio, la constancia en medio de la rutina.
Gracias chicos y chicas por este testimonio.
Gracias profes, maestras, padres, madres, por sacrificar tanto en medio de ensayos, vestidos, adornos, asistencia, mates, palabras de aliento, discernimiento, cantos.
Gracias Don Bosco, por ser nuestro padre. +
1 comentario:
Gracias padre-amigo por invitarme a viviresta experiencia espiritual. Creo que conseguiste lo que nuestro Padre Don Bosco lograba sacar de sus muchachos: descubrir lo bueno que tenemos dentro y entregarlo gratuitamente. Como vos decís "Don Bosco, desde el cielo, debe estar muy contento; con vos y con nosotros. Gracias totales. Germán
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